Cuando los oficiales de control de animales de Texas lo encontraron, su mal estado provocó una llamada inmediata a un refugio. El perro mostraba un corte inquietante en la cara y marcas visibles de mordeduras.
Bjarni, el apodo del perro, tenía numerosas marcas de mordiscos en el cuerpo, junto con dientes desalineados. En lugar de ofrecerle ayuda, parece que sus dueños anteriores optaron por descartarlo como si fuera desechable.
Cuando el perro estaba en su punto más vulnerable, decidieron abandonarlo. Lo consideraban una “amenaza” onerosa y no tenían intención de aceptarlo como parte de sus vidas, aunque lo único que anhelaba era afecto.
Anne Graber, la compasiva fundadora de St. Francis Angels, una organización de rescate de animales en Texas, tomó la sincera decisión de abrir las puertas de su refugio al perro. Su inspiradora historia tocó mi corazón y me dejó incapaz de hacer la vista gorda.
A pesar de los problemas de salud y la tumultuosa historia de Bjarni, su entusiasmo por participar fue notable. Se mezclaba perfectamente con sus compañeros caninos y mostraba una disposición amistosa. Es muy probable que fuera utilizado como cebo para peleas de perros.
Su transformación es nada menos que notable. Además, se cruzó en su camino con dos personas excepcionales que tomaron la conmovedora decisión de abrazarlo como un compañero de por vida. El viaje de Bjarni ha cerrado el círculo y hoy disfruta de la alegría y el amor que por derecho se merece. Nada podría haber sido más apropiado para él; ¡Su cuento merecía una conclusión rotunda y alegre!