Es posible que algunas personas hayan escuchado con escepticismo algunas comparaciones entre la crianza de mascotas y la de seres humanos, pero la realidad es que, a pesar de las muchas diferencias entre ambos tipos de crianza, también existen numerosas similitudes.
Aunque estas formas de crianza difieren en cuanto a a quiénes se cuida y se educa, en ambas, el responsable es un padre hacia otro ser vivo. Debe protegerlos, cuidarlos, alimentarlos, educarlos y socializarlos.
Aquí te dejamos 15 similitudes entre estas dos paternidades:
1.- Despertar durante la noche por el llanto
Son muchas las noches que los padres de los niños y de nuestros amigos peludos pasan en vela. El niño llora sin importar la hora, igual pasa con los perritos, quienes se sienten extraños en su nueva casa.
2.- Responder: ¿Es un niño o una niña?
Es una pregunta que ambos padres responden una y otra vez sin importar si el niño o el perrito llevan puesto algún accesorio que responda por si solo, pero pareciera que se vuelven invisibles ante los ojos de los que se inquietan por conocer el sexo del bebé o del cachorrito.
3.- Limpiar la caca de los bebés
Tanto los padres como los dueños de los perritos deben limpiar religiosamente las cacas de sus bebés. Sin embargo, los padres de los bebés tienen una ventaja, sólo deben hacerlo hasta que sus niños aprendan a ir al baño por sí solos.
4.- Gastar más dinero en ellos que en uno mismo
Desde que un bebé llega a casa, la lista de gastos está encabezada por compras de cosas para él. Empiezan las manicuras caseras, ya no hay peluquería, pero si hay nuevos asientos para el auto, variados atuendos para los más pequeños. Entre otras cosas.
5.- Cuidar al pequeño enfermo
Es responsabilidad de los padres y de los dueños de los perritos cuidar de a sus bebés y permanecer atentos ante síntomas como vómitos, diarrea, fiebre, entre otros.
6.- Atender la exigente demanda de atención
Tanto la llegada de un nuevo bebé al hogar como la de una mascota es motivo de celebración, pero también demandan atención y cuidados. Ambos son dependientes de sus padres.
7.- Mantener el auto limpio es una utopía
Mantener el auto en orden y limpio se vuelve solo un recuerdo después de la llegada de un bebé a la casa o un nuevo perrito. La realidad es que los asientos estarán cubiertos de pelaje, o de restos desmenuzados de galletas.
8.- Ignorar cualquier malestar propio
Los padres dejan de lado cualquier malestar cuando se trata de cumplir con la agenda planificada de sus hijos o perritos. Puede ser una cita para las vacunas o para el veterinario, pero deben asistir.
9.- Celebrar con orgullo los avances de los más pequeños
Los padres y los dueños de nuestros amigos peludos siempre de llenan de mucho orgullo por todas las cosas que aprenden los más pequeños de la casa, sea un niño que o un cachorro.
10.- Limpiar travesuras.
Independientemente si se trata de los niños o de los cachorros los padres deben limpiar la comida que cayó en el suelo, la pared rayada con lápices de colores, periódicos y zapatos masticados.
11.- Gastar más dinero durante el crecimiento
Toda la ropa y los accesorios van quedando atrás cuando un bebé y un cachorro van creciendo y todo va quedando en desuso porque simplemente ya no les queda.
12.- Disfrutar el sentimiento de amor en una mirada
No hay nada que se compare con la conexión de dos almas a través de una mirada. Científicamente está comprobado que nuestros cerebros producen la misma hormona cuando miramos a un bebé o a nuestro adorable perrito.
13.- Ser responsable de su comportamiento
Ya sea un niño o un perrito los padres son considerados como los responsables por su comportamiento, por lo que es mejor que los hayan criado bien.
14.- Sentir preocupación cuando no están cerca.
La preocupación es inevitable para los padres cuando el niño va a su primer campamento de verano o dejar a nuestro perrito durante vacaciones. La separación genera una inquietante preocupación.
15.- Sonreír incluso en el peor de los días
El padre de un niño o de un perrito siempre tendrá un motivo para sonreír en el momento menos inesperado y más oportuno con las divertidas ocurrencias de los más pequeños.
Ciertamente, los métodos para hacer criar a un niño y a un cachorro difieren, y nadie nace con un manual para padres, pero finalmente el objetivo es el mismo.
¡No dejes de compartir estas similitudes con tus amigos!