Informados por la gente, lo encontramos en un camino desierto. Yacía inmóvil sobre el frío piso de concreto, todo su cuerpo cubierto de heridas. Sus piernas estaban atadas con una cuerda fuerte, su respiración era débil, y sus pobres ojos se llenaron de lágrimas. Después de liberar sus piernas de la cuerda, rápidamente lo llevamos al auto y lo transportaron de inmediato al hospital.
En la sala de emergencias, los médicos tuvieron que usar un ventilador para ayudarlo. Según los resultados del examen, había tenido un accidente y se rompió ambas piernas. Afortunadamente, la lesión en la cabeza fue solo superficial, sin daño interno. La cirugía fue bastante exitosa y su salud se estabilizó. Lo ayudamos a comer algo y, aunque está más alerta, aún necesita una estrecha vigilancia del médico.
Pasamos tiempo cuidándolo durante toda la noche, mientras todos esperaban y rezaban por su pronta recuperación. Aunque es un perro lleno de energía y merece cosas buenas, su salud era más estable dos semanas después. Su herida en la cabeza se recuperó por completo, y gracias al cuidado dedicado de los médicos, sus piernas también se están recuperando bastante bien. Come más y sus patrones de sueño son más estables, pero debido a su edad avanzada, las lesiones en las piernas tomarán mucho tiempo para recuperarse.
Ahora tiene una vida mejor, rodeado de amor. Sin embargo, el daño mental persiste, y será difícil ayudarlo a superarlo, una preocupación compartida por los médicos. Treinta y dos días después, su herida se había recuperado al 80%, su salud era buena y podía sentarse.
Después de un largo tiempo de contacto, poco a poco aceptó nuestros sentimientos. Las sonrisas empezaron a aparecer en su rostro, acompañadas de acciones adorables. Hoy comenzamos a ayudarlo a aprender a caminar, y cuando dimos cuenta de sus primeros pasos, todos estaban tan felices que lloraron. Nadie pudo reprimir sus emociones en ese momento.
Para celebrar su éxito, le compramos un pastel, un regalo espiritual. Todos lo felicitaron como si fuera su cumpleaños. Esperamos que todo lo bueno le llegue y agradecemos a Dios por estar siempre a su lado, protegiéndolo y cubriéndolo.